Los muchos problemas que ha generado la mascarilla en nuestra piel han ido aumentando desde la aparición de la pandemia de COVID-19. Y es que nadie está a salvo de usarla todos los días, porque aunque las cosas parecen estar volviendo a la normalidad, las mascarillas siguen siendo obligatorias. Es por esto que los efectos negativos de estos implementos de protección sobre nuestra piel no dejan de ser tema de discusión.
El simple hecho de que nuestra piel no pueda respirar libremente, y que además se vea expuesta al roce directo y constante de la mascarilla, puede acarrear diversas alteraciones cutáneas. En vista de todo lo anterior mencionado, hoy queremos traerte las principales alteraciones dermatológicas que pueden afectar tu piel, para que así puedas evitarlas en el futuro.
Dermatitis irritativa
Uno de los principales efectos adversos que provoca la mascarilla en nuestra piel, tiene que ver precisamente con el roce que ejercen sobre nuestro rostro.
Y es que una parte bastante significativa de personas han informado tener zonas de enrojecimiento, inflamación, y hasta de descamación en ciertos lugares críticos. Normalmente suele tratarse de las secciones de la piel, que se encuentran en contacto con los bordes de la mascarilla y con las tiras de sujeción.
Sin embargo, estos efectos varían mucho según el tipo de mascarilla que se use. Por ejemplo, las mascarillas KN95 y las N95, pese a ser bastante efectivas en su función, son de las más dañinas para nuestra piel.
En cambio, las mascarillas quirúrgicas convencionales son de las que menos provocan este tipo de dermatitis, dado a que no ejercen tanta presión sobre la piel.
Proliferación de bacterias y hongos
Partiendo del hecho de que las mascarillas cumplen una función de barrera entre nuestro rostro y el medio externo, diversos microorganismos pueden verse beneficiados a la hora de proliferar sobre nuestra piel.
Un factor clave en este proceso es la humedad. Ciertos agentes infecciosos como los hongos y algunas bacterias, se encujentran muy agusto en estos ambientes. Recordemos que al exhalar de alguna forma generamos humedad, que se va acumulando y reteniendo en la mascarilla.
Esto puede traducirse en infecciones como foliculitis, tiña, pitiriasis de diversos tipos, acné, etc.
Si ya de por sí el acné es un problema dermatológico en una gran parte de la población, ahora con el uso continuado de las mascarillas ha aumentado su aparición. Incluso en muchos casos, personas que no sufrían estas alteraciones, hoy día las sufren a causa de las mascarillas.
La explicación a este problema es muy sencilla. A lo largo de toda la superficie de nuestra piel tenemos glándulas sebáceas, que son las encargadas de mantener hidratada nuestra piel con grasas naturales.
Cuando por alguna razón estas glándulas se obstruyen, van acumulando todo ese material seborreico hasta formar una especie de cúmulo.
Dermatitis seborréica
Este tema se encuentra muy ligado al anterior, solo que en este caso abarca un aspecto más general. Y es que más allá del acné, existen otras alteraciones dermatológicas que pueden tener lugar a raíz de la obstrucción de la regulación ineficaz de las glándulas sebáceas.
Entre estas alteraciones encontramos la aparición de puntos negros, la formación de escamas blanquecinas o amarillentas y la aparición de exceso de grasa sobre la piel.
Sequedad
En muchos casos también se han reportado casos de sequedad en la piel, que afecta tanto a elasticidad como a la hidratación.
Este efecto negativo se debe al contacto de la mascarilla en nuestra piel. Si bien no es de lo más común, algunos dermatólogos lo han asociado mucho a las dermatitis por contacto, irritativas o incluso alérgicas.
Esta misma sequedad puede predisponer a los afectados a otro conjunto de patologías, como puede ser el caso de la urticaria, las descamaciones y otras afecciones.
Dermatitis alérgica
De forma infrecuente las mascarillas pueden llegar a provocar reacciones alérgicas en las personas, independientemente del uso que les den. Sin embargo, por alguna razón, a raíz de la pandemia han salido a la luz muchos casos de dermatitis alérgica o atópicas.
En muchos casos se están dando episodios de urticaria, rosácea, eczema, inflamación, prurito o picazón, descamaciones y demás.
Muchos de estos casos están estrechamente relacionados con el tipo de material con el que se fabrica la mascarilla. Por ejemplo, las tiras de goma, las metálicas y ciertos pegamentos están asociados a casos de dermatitis alérgicas.
Cabe destacar que en el caso de las mascarillas de tela, la incidencia de este tipo de dermatitis ha aumentado considerablemente.
¿Cómo evitar estos daños en nuestra piel?
Existen consejos y técnicas que puedes tener en cuenta en tu día a día para evitar ser víctima de este tipo de afecciones dermatológicas generadas por la mascarilla en nuestra piel.
En primer lugar, dado que el uso excesivo de maquillaje debajo de la mascarilla puede empeorar o predisponer a tu piel a sufrir estas alteraciones, lo más adecuado sería utilizar uno muy ligero, no comedogénico.
Otro consejo útil sería quitar la mascarilla de vez en cuando, varias veces al día, con el objetivo de que dejes a tu piel respirar un poco. Recuerda que esto debes hacerlo en un ambiente abierto, controlado y libre de personas, por medida de seguridad.
Por último, no descuides la higiene de tu rostro y su cuidado.. Emplea un buen desmaquillante, limpiador facial y tónico, con el posterior tratamiento de serum y crema hidratante.